En 1917, Nuestra Señora vino a Fátima, Portugal, como Madre, preocupada por sus hijos en la tierra. Pidió a los tres pastorcitos que rezaran el rosario todos los días por la conversión de los pecadores y para obtener la paz para el mundo y el fin de la guerra.
Hoy, este llamado es más urgente que nunca. El mundo está convulsionado con guerras y conflictos que causan muerte y destrucción. Pensamos en Ucrania, Gaza, Israel o Sudán, solo por nombrar algunos. ¡Es hora de detener esta ola de violencia!
¿Qué podemos hacer para promover la paz? Pronto estaremos a celebrar Navidad, la fiesta del nacimiento de Cristo, el Príncipe de la Paz. Comencemos por rezar. Cuando rezamos y meditamos, estamos construyendo la paz, en nuestro corazón, en nuestras familias y, en consecuencia, también en el mundo.
El Papa ha convocado una jornada de ayuno, oración y penitencia el viernes 27 de octubre de 2023 por la paz, en particular por el fin de la guerra entre Israel y Hamás. Así que, unámonos todos.

