¡Amada Reina y Madre!, que prometiste en Fátima convertir a Rusia y dar la paz a la humanidad, en reparación a Tu Corazón Inmaculado por mis pecados y los pecados del mundo, prometo solemnemente:

1. Ofrecer todos los días los sacrificios exigidos por el deber diario de cada uno al fiel cumplimiento de la Ley de Dios.

2. Rezar cinco decenas del Rosario a diario mientras se medita sobre los misterios.

3. Usar el escapulario de Nuestra Señora del Monte Carmelo como símbolo y recordatorio de la consagración personal a Nuestra Señora.

4. Practicar la devoción de los Cinco Primeros Sábados de mes, incluyendo los quince minutos de meditación de los misterios del Rosario.

Renovaré esta promesa con frecuencia, especialmente en los momentos de tentación. (Esta promesa solemne no es un voto que obligue bajo pecado; sin embargo, es una promesa de amor, es tu palabra dada a tu Madre del Cielo.)

OFRECIMIENTO DE LA MAÑANA
¡Dios mío!, en unión al Inmaculado Corazón de María (en este momento besa tu Escapulario carmelita, como signo de tu consagración. Lleva una indulgencia parcial.)

Os ofrezco la preciosa Sangre de Jesús en todos los altares del mundo entero, uniendo a ello, el ofrecimiento de mis pensamientos, palabras y acciones de este día.

Jesús mío, deseo este día obtener todas las indulgencias y méritos que pueda ofrecer junto a mí mismo, a María Inmaculada, para que Ella los pueda aplicar de la mejor manera a los intereses de Vuestro Sacratísimo Corazón.

¡Preciosa Sangre de Jesús, sálvanos!
¡Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros!
¡Sagrado Corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros!

Beneficios
1. Saber que estás cumpliendo las condiciones que puso Nuestra Señora para obtener la conversión de los pecadores y la paz de Cristo en el mundo.
2. Obtener numerosas indulgencias por medio del Rosario y del Escapulario.
3. Hacerse digno de las gracias especiales de Nuestra Señora del Monte Carmelo en esta vida, en la hora de la muerte y después de la muerte.
4. Tu nombre es mandado a Fátima y depositado cerca del lugar de las Apariciones.
5. Participar en las oraciones de millones de miembros.
6. Tornarse en hijo espiritual de San Padre Pío.
7. Participar en la Nueva Evangelización propuesta por el Santo Padre.

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Deseo que mi nombre sea colocado a los pies de Nuestra Señora, en la Capilla de las Apariciones en Fátima, Portugal.
Pretendo colaborar activamente en la divulgación del Mensaje de Fátima. Por favor, envíenme más información.

Su privacidad es importante para nosotros. Haremos todo para respetar y no repartir las informaciones recogidas con nadie fuera del Apostolado.