La oficina de prensa del Vaticano informó que el Papa Francisco consagrará Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María, el 25 de marzo, en la Basílica de San Pedro, durante la Celebración de la Penitencia que el presidirá a las 5:00 pm (hora de Roma). El mismo día, el cardenal Konrad Krajewski, Limosnero Apostólico, llevará a cabo un acto similar de consagración en el Santuario de Nuestra Señora de Fátima en Portugal, como delegado pontificio.
El 25 de marzo es una fecha especial. Además de ser la fiesta de la Solemnidad de la Anunciación del Señor, fue en este día, hace 38 años, que en 1984, San Juan Pablo II consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María.
A principios de este mes, los obispos católicos de rito latino de Ucrania y también el Apostolado Mundial de Fátima Internacional, habían solicitado al Papa Francisco que consagrara Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María, precisamente en el momento en que todavía se está llevando una terrible guerra en Europa, causada por la invasión y el ataque del ejército ruso a Ucrania.
¡El Mensaje de Fátima es un llamado a la paz! Cuando Nuestra Señora apareció, en 1917, les dijo a los tres pastorcitos: "Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hicieran lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz". Nuestra Señora también había pedido la consagración de Rusia a Su Inmaculado Corazón, afirmando que si esta petición no era concedida, Rusia esparcirá "sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia". "Los buenos", añadió, "serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones sarán aniquiladas".
Como ya se ha indicado en la carta del Presidente International del AMF, todos somos invitados a renovar la Consagración del mundo de 1984 al Inmaculado Corazón de María este 25 de marzo. Ahora, lo haremos también en unión con el Santo Padre y muchos obispos de todo el mundo, que consagrarán a Rusia y Ucrania.
¡La verdadera devoción al Inmaculado Corazón de María, a través de la conversión continua, la oración, la penitencia y la reparación, ofreciéndose a Dios y a María, ayudará a salvar al mundo y a lograr la paz!

